Señor Oliart.
Soy Pepe Henríquez, redactor jefe de la revista Primer acto. ¿Por qué la televisión pública - la que paga el público- cierra el programa La Mandrágora, el único y veterano espacio dedicado a las artes
escénicas en estos canales? ¿Para crear otro programa cultural, para financiar algún concurso o un popurrí de chistecillos y coplas?
José Henríquez
La labor de La Mandrágora en la difusión y análisis de las artes escénicas
contemporáneas ha sido heroica, en un panorama informativo y visual cada
vez más dominado por las franquicias seudomusicales y los grandes
mausoleos teatrales. Es más, La Mandrágora ha hecho visible ese "teatro
invisible" del que escribía y practicaba García Lorca, en una miserable
época en que los medios masivos se arrogan el derecho de censura por
omisión, de decidir que sólo existen aquellos espectáculos que pagan
publicidad (o comparten intereses) en su empresa.
contemporáneas ha sido heroica, en un panorama informativo y visual cada
vez más dominado por las franquicias seudomusicales y los grandes
mausoleos teatrales. Es más, La Mandrágora ha hecho visible ese "teatro
invisible" del que escribía y practicaba García Lorca, en una miserable
época en que los medios masivos se arrogan el derecho de censura por
omisión, de decidir que sólo existen aquellos espectáculos que pagan
publicidad (o comparten intereses) en su empresa.
La Mandrágora va a ver las funciones, sea en el teatro más grande o el más
pequeño. Gracias a ella, por ejemplo, en Madrid, mucha gente ha
descubierto, que a pocas calles o estaciones de metro de la Gran Vía,
existen otros teatros, otras artes escénicas, otras ideas que las ya
sabidas y publicitadas.
pequeño. Gracias a ella, por ejemplo, en Madrid, mucha gente ha
descubierto, que a pocas calles o estaciones de metro de la Gran Vía,
existen otros teatros, otras artes escénicas, otras ideas que las ya
sabidas y publicitadas.
¿No es éste un ejemplo de cultura democrática, pluralismo y educación para
la ciudadanía?
la ciudadanía?
José Henríquez
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